miércoles, 25 de noviembre de 2015

Falling for fall.

"El otoño me recuerda que soy propenso a que alguien me rompa al pasar" -Benjamin Griss-
Es tiempo de frío.
Tiempo del naranja, el amarillo, el granate. El verde oscuro y el marrón. Es tiempo de los colores para los que nunca hay tiempo.
Tiempo de salir a la calle y respirar los cinco grados que hay.
Tiempo de echar la vista atrás y recordar, de darte cuenta de que siempre hay algo que empieza en otoño.
Tiempo de mirar hacia delante y de hacer grandes planes.
Tiempo de desahogarme con películas tristes mientras fuera llueve.
O bueno
o tiempo de salir fuera mientras llueve.
Tiempo de jugar entre las hojas caídas.
Tiempo de acurrucarte en cama a escuchar música, pero solo a escucharla.
Tiempo de las calabazas, de sentirte un poco más extranjera.
Tiempo de llorar si quieres llorar, y de reír para entrar en calor.
Tiempo de la melancolía, de necesitar el pasado.
Tiempo de hacer como los árboles y mudar mis propias hojas.
Tiempo de otoño,
tiempo de la gran estación olvidada.
Tiempo de la mejor estación.

jueves, 25 de junio de 2015

En un mundo de dictados.

Hoy en día estamos tan limitados por nosotros mismos, por la propia sociedad, que en realidad no escogemos casi nada en la vida. Nos dicen como debemos vestir, como debemos vivir (estudiar una buena carrera, encontrar trabajo, casarnos, tener hijos...), hasta el aspecto físico que debemos tener; provocando así un odio hacia nuestra forma de vida, de pensar y hacia nuestro cuerpo.

Estamos muy condicionados en todos los aspectos. Nuestra vida ya está planeada incluso antes de haber nacido. Muchas personas ni siquiera son conscientes de que hay alternativas; no tenemos que vivir así. Existen miles de caminos que a lo largo del tiempo vamos descubriendo, saliendo del modelo de vida tradicional. Encontrando poco a poco lo que queremos y como lo queremos.

En este campo los prejuicios son lo que más daño nos hace, tanto a nosotros mismos como a los demás, con ellos ayudamos a seguir condicionados.
¿Qué más da que digan que esa carrera no tiene salida? ¿que ese sombrero ya no se lleva? ¿que no puedo hacer esto o lo otro? ¿que trabajar en lo que te gusta es casi imposible?
Sí, puede que sea poco probable, ¿pero imposible? No creo. Si ya matan nuestros sueños antes de poner el plan en marcha, no vamos a conseguir nada. Los que no lo pueden o pudieron conseguir te van a decir que es imposible.

Para conseguir lo que realmente queremos en la vida tenemos que dejar de oír esos ''no puedes'', ''es imposible'', y especialmente en estas fechas el ''con esa carrera vas a acabar en el paro''. ¿Quién te va a conocer mejor que tú mismo? El sueño es tuyo, y solo tú puedes saber si merece la pena alcanzarlo y cómo alcanzarlo. No dejes que otros decidan por ti.

Para ser felices tenemos que dejar de vivir según lo que se espera de nosotros, dejar de vivir para el resto, y empezar a vivir para nosotros. Es necesario abandonar los prejuicios, decir adiós a la forma tradicional de vida que nos tienen preparada, a la forma de actuar que esperan de nosotros... Ser lo más libres que podamos ser, dentro de la escasa libertad que tenemos. No seamos nosotros los que nos pongamos más barreras, que de eso ya se encarga el resto del mundo.
 
 


miércoles, 27 de mayo de 2015

Ya que el mundo está cuerdo, perdamos nosotros la cordura.

Seguramente no haya nadie, o casi nadie que no conozca esta foto. Pero, ¿La historia?
Sucedió el 14 de agosto de 1945. Nada más acabar la segunda guerra mundial, un marinero, eufórico deambulaba por entre las miles de personas que se encontraban en Times Square y al ver a una enfermera que sabía que había ayudado a los heridos de guerra, se acercó sonriente y la besó.

Este hombre era Glenn McDuffe. Cuenta que se dirigía a Brooklyn cuando una mujer corrió hacia él para agradecerle su servicio en la armada americana, puesto que gracias a hombres así, la guerra acababa de terminar, dando victoria a los Aliados. Él empezó a dar saltos por en medio del ambiente festivo del momento, hasta que vio a una enfermera  (a la que, por su uniforme, reconoció que había ayudado en la guerra) que lo miraba divertida. Sin decir una sola palabra más, se acercó a ella y le dio el beso que aún a día de hoy, 60 años más tarde, sigue recorriendo el mundo.

A ella fue sencillo identificarla, fue Edith Shain, una mujer que posteriormente se hizo profesora, pero en cuanto a la identidad del marinero, hubo muchos jóvenes que aseguraron ser él. Posteriormente, gracias a una investigación de una fotógrafa forense que quiso analizar la foto, se supo que realmente, ese hombre era McDuffle.En cuanto el marinero fue reconocido, la especialista y él pasaron horas hablando, mientras él le hacía confesiones como “No sé bien por qué lo hice. Simplemente la vi, preciosa y sonriente, me acerqué a ella y la besé.”
Glenn murió el 9 de marzo de 2014 en Dallas, con una hija y una esposa.

En cuanto a Edith Shain, confesó que durante la guerra había visto a mucha gente morir y padecer, ella y sus compañeras. Que solo pensaban en que ojalá acabase aquella pesadilla de una vez, y cuando se enteró de que al fin parecía que la paz volvía de nuevo, salió a la calle lo antes que pudo para festejarlo. Allí vio a un muchacho entre la multitud, gritando y saltando. Le hizo gracia, le provocó una risa que llevaba muchísimo tiempo sin sentir. De pronto el joven se acercó a ella decidido y sonriente. Sin decir palabra la besó, y sin decir palabra se marchó. Posteriormente ella se hizo maestra de escuela  y murió en Los Ángeles en 2010, con 91 años.

 Con todo esto, ahora invito a todo el mundo que me haya leído que reflexione un poco. Que a veces gruñimos mucho y besamos muy poco. Que como el mundo está cuerdo, no nos atrevemos a enloquecer de vez en cuando. Que parece que nos asusta más un “te quiero” que un “adiós”. Y, sobretodo, que nunca viene de más amar un poquito mejor, un poquito más despacio y un poquito más dulce.