jueves, 23 de octubre de 2014

La estúpida existencia del ser humano.

Nuestra justificación para todo lo que no somos capaces de hacer es un "lo siento, soy humano", rebajando de esa manera la fe de cualquiera hacia nuestra propia "raza".
"-Es imposible que llegue a sacarme la carrera, soy humana."
"-¿Como te leiste el libro de Los juegos del Hambre en un fin de semana? ¿Eres humano?"
Cristina Perri habla sobre el tema:
But I’m only human,
And I bleed when I fall down 
I’m only human 
And I crash and I break down 
Your words in my head, knives in my heart 
You build me up and then I fall apart 
'Cause I’m only human 

Tampoco defiendo que seamos unos seres invencibles, ni que tengamos una fuerza superior a la de Zeus en la mitología griega, pero que simplemente nos falta espíritu.
Espíritu para divertirnos, superarnos, espíritu para soñar y cumplir los sueños, espíritu para encontrarnos y que nos encuentren. Alicia jamás habría caido por la madriguera si no hubiese creido en que aquel conejo era real, y, en la versión de Tim Burton, jamás habría matado al Galimatazo si no hubiese confiado en su condición de humana.


Refugiarnos en nuestra naturaleza como excusa para no arriesgar, ¿y qué es vivir sin arriesgar? Yo no soy ninguna kamikaze, no hago puenting o rafting, simplemente me quedo los fines de semana en casa, bajo una manta y tomando chocolate caliente mientras veo películas, pero a la vez cada decisión es un riesgo, un riesgo para el que me tuve que preparar desde que nací, porque soy humana, y como humana aprendo y elijo qué hacer con mi vida, con la que tengo desde y para siempre.

lunes, 20 de octubre de 2014

La vida en espera.

Esperamos el bus, esperamos por la comida, esperamos a que se actualicen las aplicaciones... La vida es esperar. Y a mi esperar me consume. Nunca fui de las que esperan. Solo espero por algo que sé que llegará fijo; por ejemplo, no espero por el fin de semana, ni siquiera sé si llegaré a el. Y si os propongo algo, ¿qué os parecería dejar de esperar? Tenemos el presente, siempre está ahí, es seguro, y es lo único que tenemos.

En vez de vivir por momentos, vamos a vivir el conjunto, la vida en sí. Porque estoy harta de que todo tarde en llegar, así que el ahora es lo que tengo. Este mismo instante. El truco es coger este momento, hacerlo lo mejor posible y sacarle el máximo partido. Cuando digo esto no me refiero a que intentéis hacer cada segundo de vuestra vida productivo, estar tirado en el sofá, tomando un café y viendo una peli es sacarle partido.

La vida pasa tan rápido... Parpadeamos y se pierde, nos preocupamos demasiado y nos consume. Quizá Oscar Wilde no estuviera tan confundido cuando dijo:''Life is too important to be taken seriously'' (La vida es demasiado importante como para tomársela en serio). Así que vamos a preocuparnos solo de lo que podemos cambiar, pero sin hacer que centrarnos en lo serio sea nuestro objetivo en la vida. Ésta está para disfrutar. Si estuviera a punto de morir y viera toda mi vida pasar por delante de mi, estoy segura de que no vería las ''divertidas'' tardes que pasé estudiando. Seguramente me arrepentiría de las decisiones que no tomé, o de alguna oportunidad que se me escapó; por esto quiero llegar a ese momento de mi vida, y arrepentirme del menor número de cosas posible.

Porque la vida está para vivirla lo mejor posible, siendo la mejor versión de ti, queriendo hasta morir y ayudando siempre que se pueda. Y el resto son tonterías.


lunes, 13 de octubre de 2014

The science of holding on.

Partamos de que la vida no se porta bien con nosotros. Nos pone pruebas todo el rato, nos machaca tanto como quiere, y de vez en cuando intenta portarse bien y darnos algo bueno.

Y así es la vida, una montaña rusa con sus subidas y bajadas. A diferencia de la de Augustus Waters, que no para de subir, a veces la del resto del mundo parece que no hace más que bajar. La verdad, decir que simplemente es una mala racha y dejarnos llevar por ello, me parece demasiado fácil. Nunca me gustó lo fácil, es más tengo cierta debilidad por lo difícil. Es mejor protestar. Protestar al
mundo, a la vida, por lo que no es justo... Pero en fin, esto tampoco es la solución. Después de esta primera rabieta (y de haber mostrado por twitter lo inconformes que estamos con nuestra vida), toca hacer algo. Toca plantar cara al destino y decirle: ''¡Eh, Tú! Esto no queda así''; toca aprobar ese examen, toca sonreír un poco porque ya sufrimos demasiado, toca ahorrar para ese viaje que siempre quisimos hacer. Sobre todo toca esforzarse, ya que sin esfuerzo poca cosa conseguimos. Somos campeones, solo perdemos cuando de verdad creemos que acabó todo, y no acaba si no nos damos por vencidos.

Creedme cuando os digo que me tiene ido realmente mal. Y no hubo una sola vez en la que después de caerme no me levantara. Al fin y al cabo en eso consiste la vida: aprender de la bajada y disfrutar de la subida. Es la ciencia del aguante; como bien dice Calle 13 en ''El aguante'': ''Nacimos para aguantar lo que el cuerpo sostiene, aguantamos lo que vino y aguantamos lo que viene''.

A lo largo de los años aguantamos tantas cosas, ¿cómo no vamos a poder aguantar los pequeños obstáculos de cada día? Como ya dije, nacemos ganadores, dejamos de serlo cuando dejamos de creerlo.

¡Feliz apertura del blog!

domingo, 12 de octubre de 2014

Cosas pequeñas y adorables con patas.

"Ser una persona que no quiere vivir en un libro con final en off es un ser intolerablemente estúpido"              
En algún sitio había leído esto y en algún sitio quería que lo leyese otra gente. Si reflexionamos un poco, de nada sirve estar pensando en hacer un algo para un total, o vivir esperando que pase algo para levantarnos cada mañana. No sería la primera vez que escucho un "Mi vida es taaaaaaaaaaan aburrida", o algún "Nunca me pasa algo interesante...". A esas personas yo les tengo recomendado un viaje como exploradores a Groenlandia o que se apunten como futuros astronautas en alguna misión de la NASA, al fin y al cabo (llamadme radical) esa sería la única solución a su "Aburrida" y tan "desinteresante" vida. Al fin y al cabo, todos deberíamos tener una vida como Audrey Hepburn en su papel de "Desayuno con diamantes", con una bañera por sofá y desayunando en la joyería que hay al cruzar la calle. Ella si que sabía.
Ya no se ve gente como Holly, de hecho yo nunca la vi. Ahora todos pensamos en pertenecer a otros y a ponerles nombres a nuestros gatos. ¡¡Nombres a los gatos!! ¿Pero qué clase de locura estamos cometiendo señores? Luego vemos a pobres animales con collares escritos con nombres absurdos como "Lily", "Spot" o incluso hay personas por ahí que incluso se atreven con "Pulga".
Mi abuela siempre me dijo que no dejase que me cogieran de la mano si yo quería soltarme. Supongo que era una forma de decirme que reclamase mi libertad, pero lo verdaderamente inquietante es que me lo repetía una y otra vez cuando tenía cinco años, y no ahora. ¿Acaso tienen más libertad los niños que necesitan ayuda para cruzar una calle que alguien que sabe escribir bien la letra "e" minúscula sin hacer un bucle? Pensándolo bien, puede ser. Mi infancia fue la época más felíz de mi vida, dedicada a dormir, comer y exigir la atención que merecía a cambio de soportar que me dijeran una y otra vez lo mona que era. Recuerdo que si alguno de mis tíos se metía conmigo, llegaba mi madre y me decía "Diles que los bajitos son ellos" o "Diles que es mentira todo, que con esta falda estás muy guapa". Ese era el momento en el que toda la familia guardaba silencio para ver qué decía la cosa pequeña y adorable con patas, y la cosa pequeña y adorable con patas se marchaba con aires de indignación. Puedo prometer y prometo que jamás le diré a un niño o a una niña pequeña lo que le tiene que responder a sus tíos. Es lo más incómodo del mundo.

Y a todo esto, ¿Qué iba a decir...? Ah si, bueno, que feliz apertura del blog.