lunes, 13 de octubre de 2014

The science of holding on.

Partamos de que la vida no se porta bien con nosotros. Nos pone pruebas todo el rato, nos machaca tanto como quiere, y de vez en cuando intenta portarse bien y darnos algo bueno.

Y así es la vida, una montaña rusa con sus subidas y bajadas. A diferencia de la de Augustus Waters, que no para de subir, a veces la del resto del mundo parece que no hace más que bajar. La verdad, decir que simplemente es una mala racha y dejarnos llevar por ello, me parece demasiado fácil. Nunca me gustó lo fácil, es más tengo cierta debilidad por lo difícil. Es mejor protestar. Protestar al
mundo, a la vida, por lo que no es justo... Pero en fin, esto tampoco es la solución. Después de esta primera rabieta (y de haber mostrado por twitter lo inconformes que estamos con nuestra vida), toca hacer algo. Toca plantar cara al destino y decirle: ''¡Eh, Tú! Esto no queda así''; toca aprobar ese examen, toca sonreír un poco porque ya sufrimos demasiado, toca ahorrar para ese viaje que siempre quisimos hacer. Sobre todo toca esforzarse, ya que sin esfuerzo poca cosa conseguimos. Somos campeones, solo perdemos cuando de verdad creemos que acabó todo, y no acaba si no nos damos por vencidos.

Creedme cuando os digo que me tiene ido realmente mal. Y no hubo una sola vez en la que después de caerme no me levantara. Al fin y al cabo en eso consiste la vida: aprender de la bajada y disfrutar de la subida. Es la ciencia del aguante; como bien dice Calle 13 en ''El aguante'': ''Nacimos para aguantar lo que el cuerpo sostiene, aguantamos lo que vino y aguantamos lo que viene''.

A lo largo de los años aguantamos tantas cosas, ¿cómo no vamos a poder aguantar los pequeños obstáculos de cada día? Como ya dije, nacemos ganadores, dejamos de serlo cuando dejamos de creerlo.

¡Feliz apertura del blog!

No hay comentarios:

Publicar un comentario