Hoy me vino nuestra historia a la cabeza, dejándome un vacío absoluto. ¿Por qué me acordé de esto ahora? Porque hoy la vi. Y verla me destrozó un poco más. Qué bien le quedaba ese vestido; con el la conocí en el bar al que solía ir siempre. Me miró descaradamente (nunca le gustó pretender, ni las apariencias) yo también la miraba. Quizá en ese momento vi lo que me había hecho quererla, quizá encendió la llama otra vez, quizá hizo que me olvidara de por qué no funciono... Su mirada me confundía, ¿me echaría de menos? A lo mejor aún sentía algo, tenía que averiguarlo. Me levanté de la silla de la terraza y me acerqué a ella despacio, pero apareció un hombre; atractivo, bien vestido y que aparentaba tener dinero. Me detuve un instante. Éste se acercó a ella y le dio un beso. Era su novio.
Me echó un último vistazo y se fue con la misma indiferencia con la que llegó. Indiferencia que yo confundí con nostalgia. Ella nunca me echaría de menos, nunca me quiso; no como yo a ella.
Y así volví a casa; un poco más cansado, más roto, con el rostro más triste y la esperanza un tanto más perdida. La peor parte, es que volví echándola de menos. Ella era todo oscuridad, pero era MI oscuridad.
Me encantaaaa :)
ResponderEliminarMuchísimas graciaas :)
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